Proseguimos nuestro empeño de
reivindicar en estas páginas ciertas obras que tocan directamente con los
repliegues íntimos de quienes tuvieron a bien ocuparse de sus propias vidas. Y
en esta vez lo hacemos con una sucinta y curiosa autobiografía, en verso, de D.
Ricardo Carrasquilla, considerado justamente por el P. José J. Ortega Torres
como "el príncipe de nuestros poetas festivos, burlón, suavemente
satírico, de vida intachable".
D. Ricardo
Carrasquilla, padre del ilustre orador sagrado Rafael María Carrasquilla, nació
en Quibdó el 22 de agosto de 1827 y murió en Bogotá el 24 de diciembre de 1886.
A raíz de este nefasto acontecimiento, su amigo D. José María Samper publicó,
en El Papel Periódico Ilustrado, un extraordinario boceto biográfico
donde nos describe en forma insuperable la personalidad de este eminente
educador que supo modelar durante nueve lustros el alma y la inteligencia de
dos generaciones:Era hombre de grave continente, sencillo en todos sus gustos,
digno en su pobreza, sobrio y mesurado en todo, austero en sus costumbres,
infantil en su ternura conyugal, purísimo en sus pensamientos, palabras y
obras, profunda e incontrastablemente religioso, noble y caballero en todo
(...). No había en su semblante, lleno y apacible, un rasgo que no indicase
lucidez de inteligencia, vigor y entereza de voluntad, nobleza de sentimiento,
seriedad de criterio espiritualismo profundo, santidad de alma, caridad y fe
apostólicas y tranquilidad de conciencia.
A lo largo de su
existencia, D. Ricardo Carrasquilla sobresalió como eminente institutor,
estructurado filósofo, poeta festivo y orador religioso de gran elocuencia. Con
los hermanos Juan Francisco y José Joaquín Ortiz fundó el Instituto de Cristo
y, posteriormente, en asocio de D. Ignacio Gutiérrez Vergara, el Liceo de la
Infancia, que sostuvo con entera dedicación y esmero por cerca de cuarenta
años.
En unión de su pariente
D. José Manuel Marroquín creó en 1866 la Sociedad de estudios religiosos; fue,
además, uno de los fundadores de la Sociedad de San Vicente de Paúl y miembro
de la Academia Colombiana, del Liceo Granadino y de la célebre agrupación
literaria El Mosaico. Colaboró en La Esperanza, El Porvenir, El Mosaico,
El Zipa y es autor deCoplas, Ecos de los zarzos, Fiestas de Bogotá,
Problemas de aritmética y Sofismas anticatólicos.
Anotamos que D.
Ricardo Carrasquilla hizo gala de elocuente oratoria. A este propósito monseñor
Carrasquilla escribe lo siguiente:
Era de elevada
estatura, grueso y bien formado, con rostro en que se hermanaban la gravedad y
la dulzura. Tenía voz de bajo profundo, pero tan sonora que se dejaba oír en
los más dilatados recintos. Fluía a torrentes la palabra sin una vacilación,
sin repetirse, sin una muletilla ni un tropiezo. La acción oratoria era amplia,
majestuosa, solemne. El discurso, al calor que brotaba de aquel pecho, encendía
el verbo como ascua...De otra parte, por sus biógrafos sabemos que Carrasquilla
se educó a sí mismo y que únicamente recibió lecciones de Miguel Antonio Caro,
Carlos Martínez Silva y Emiliano Isaza; estos dos últimos le enseñaron latín.
Sabemos también que fue un personaje de vida modesta, cristiano integral, caritativo
con los pobres, franco y cordial en la amistad, respetuoso de las creencias y
opiniones ajenas y, en fin, un meritorio ciudadano que se interesó siempre por
el progreso del país y por los descubrimientos científicos
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